"El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza"
Marilyn Monroe
Lucía saludó a su hermano mayor,sintiendo en el estómago un dolor que no sabía explicar.
-como estas Iván - dijo secamente mientras se apartaba de él apresuradamente.
-no tan bien como tu- él la miró - estás muy diferente desde que te fuiste a ese viaje a Europa.
- la gente cambia, si es que aún no lo sabes - se acercó donde su madre y la abrazó fuerte. - ¿Cómo estás mamá? - le dijo mientras la veía a los ojos
-ahora muy feliz de ver a mis hijos juntos nuevamente . - achinó sus ojos para no llorar. - serviré la cena ahora que ya estamos todos.
Lucía se acercó donde Rodrigo, su también hermano mayor, él se levantó y la abrazó, sorprendiéndola.
-Lucía es tan bueno verte, estás muy diferente- se puso serio y habló en voz baja - sé que he sido muy cruel contigo antes. Me disculpo y espero que comprendas que era solo un niño que no sabía lo que hacía.
Lucía sintió sinceridad en sus ojos y su voz.
-es bueno saber que sepas que no me hiciste mucho bien.-Lo vio a los ojos - y te agradezco que te disculpes. Te disculpo. -Lucía lo abrazó ésta vez.
-tanto amor - Iván se cruzó de brazos y los miró.
Lucía lo miró, tratando de recordar algo que no creía que fuera cierto.
En su niñez, él había sido un niño tímido, tratando de agradar siempre a su madre en todo lo que pudiera, desquitando todo su malestar con ella. El vistazo que tuvo de él antes de entrar a la casa fue cuando ella tenía 8 años.
Ese día se había reunido con su vecina de al lado. Eran muy cercanas y cada que Lucía podía, se escapaba de casa para estar con ella y evitar el maltrato de su hermano.
Cuando estaba entrando por la ventana de su cuarto, vio que Iván la esperaba en su cama. Cuando ella pudo darse cuenta de él, ya la tenía agarrada de el brazo y la llevaba al pequeño closet que había en el pasadizo, junto a la habitación de Rodrigo. Ella comenzó a gritar cuando la encerró, y cuando vio que la puerta se abría nuevamente, su hermano mayor entró con ella, observándola fijamente y haciendo que este apretada contra el rincón.
Ella estaba sofocada, él estaba muy cerca de ella, prácticamente respirándole en la cara.
-eres una niña mala- le dijo en el oído.
-no lo soy- replicó ella empujándolo con sus brazos débiles.
-las niñas buenas no se escapan y regresan como si nada hubiera pasado. Por eso papá nos dejó, porque sabía que serias mala. - él la dejó encerrada nuevamente. Haciendo que ella grite desesperadamente.
Cuando vio a su hermano ahora, tenía otra apariencia, con la nariz alzada, creyéndose algo que no era.
En cambio Rodrigo se le veía jovial, con su pelo corto, no como en la adolescencia que lo tenía largo para aparentar rebeldía.
Su mamá regresó y les sirvió la cena.
Fue una cena callada, con algunas intervenciones de Rodrigo y Lucía.
Su mamá sonreía todo el tiempo, viéndolos comer.
-y Lucía, ¿Cómo te va en el amor? ¿algo que deberíamos saber? - Iván la miró con una sonrisa petulante.
Lucía supuso que el debía saber de Javier por Paulo, que fue compañero de él en la universidad y ex novio de ella, y ahora, con la nueva noticia de que era hermano de su actual novio.
-estoy en una relación con Javier. -miró a su mamá - te hablé de él Muchas veces.
-claro . Siempre me pareció un buen chico. Me gustaría conocerlo.
Lucía pensó que su madre amaría a Javier. Era el tipo que siempre deseó para ella. Pensó si le gustaría Alessandro. Decidió no pensar en eso, porque por algún motivo la puso triste.
-¿Y sabes mamá, que Javier es hermano menor de Paulo? -le dijo Iván - lo recuerdas claro, paraba acá en casa cuando estaba en la universidad. Me pregunto porque será . - dijo , mientras miraba a Lucía .
-ay, ese muchacho nunca me pareció una buena influencia.- dijo su mamá moviendo su mano para olvidarlo. - espero que Javier no sea igual a él - y miró a su hija con el ceño fruncido.
- es totalmente diferente ma, no te preocupes por eso.
Rodrigo miró a Iván con una mueca, y cambió de tema, contando como iba a ser su graduación. Lucía le agradeció acariciando su brazo.
Cuando fueron las 11 de la noche, los tres se despidieron de su madre. Los autos estaban estacionados en diferente parte de la calle. El de Lucía estaba al frente, así que se despidió con un abrazo de Rodrigo, sintiéndose tan bien después de años de humillación.
-tenemos que reunirnos más. A tomar un café o algo. Por favor. - le dijo Rodrigo, mientras la miraba.
-sí, tenlo por seguro hermanito - y le guiñó un ojo.
se despidió con un "adiós " de Iván. Iván cogió su pecho como dolido mientras sonreía. Ella dio media vuelta, justo antes de ver a sus hermanos despedirse con un abrazo y hablando.
Subió a su auto, encendió el motor y sacó el pie del freno lentamente mientras el carro avanzaba, mientras miraba a sus hermanos por el espejo lateral. Dio un suspiro al llegar al semáforo rojo.
Aprovechó para revisar su celular. Tenia una llamada perdida de Alessandro. Y luego un mensaje de fernanda.
"Espero que no vayas a la casa de Javier. Te necesito. Ha ocurrido algo y necesito hablar"
Ella puso los ojos en blanco. No quería ir al departamento a hablar con una Fernanda histérica.
Llamó a Alessandro.
-¿Interrumpo la reunión familiar? - dijo apenas contestó el teléfono.
-estoy camino a casa. Y acabo de ver un mensaje de Fernanda.
-no vayas. Está loca.
-¿y donde se supone que vaya? No quiero ir donde Javier, su hermano sigue ahí.
-¿porque no vienes acá?
Ella se quedó callada. Avanzó lentamente cuando se prendió la luz verde.
-no estoy segura si eso sea buena idea- se puso los auriculares rápidamente, mientras esperaba que estaba delante avanzara.
-no te voy a morder, aunque seas muy tentadora- dijo Alessandro riendo.
Ella sonrió y le agradó su broma, y también la imagen de él mordiendola.
-está bien. Iré para allá hasta calcular que Fernanda esté dormida.
-te espero - y Alessandro colgó.
Conocía el camino de memoria. Tantas veces recogiendo a Fernanda a esa casa.
Cuando estacionó el carro, vio al vigilante de la calle, lo saludó con la man, y bajó de su carro. Había estacionado lejos del condominio y tuvo que caminar unas cuadras.
Mientras lo hacía, tuvo un deja vu.
Como ese sueño que tuvo el día que lo vio por primera vez, cuando casi lo atropella.
Se puso nerviosa de repente. Cuando el portero le abrió la puerta,lo saludó por su nombre y subió las escaleras. Al tocar el timbre, escuchó los pasos descalzos de Alessandro, le abrió la puerta y tenia la misma mirada oscura cuando ella lo vio en su sueño.
-me abrieron la puerta abajo, espero que no te moleste.
-ya te conocen. Pasa.-le dijo, sonriéndole y tomando su mano.
Y cuando estuvo adentro, supo que esa noche no dormiría en casa.
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