viernes, 23 de enero de 2015

A nadie - Capítulo 02

Alessandro miró lentamente a Lucía, que jugaba con un mechón de su cabello y acariciaba su espalda lentamente.

Volvió a ver la TV y pensó como podía interpretar todo eso.

¿como se supone que lo debía interpretar? Estaba claro. Quería que la atara, pero él no sólo hacia eso. Tenia muchas cosas en mente para hacer con ella. Eso alteró su cuerpo entero, haciendo que tiemble un poco por la emoción.

    -nadie tiene porque enterarse- dijo en voz baja Lucía - será nuestro secreto.

Esto hizo emocionar a Alessandro.

    -lo que te haré, no se lo puedes decir a nadie - la miró  fijamente a los ojos mientras acariciaba su mejilla - a nadie.

Ella asintió suavemente mientras ambos no apartaban la vista.

Alessandro se puso de pie, y pidió la mano de Lucía. Tomó su mano y la dirigía hacia su habitación.

Hizo que andara delante de ella para tener una vista completa. Llevaba un bóxer blanco, cubriéndole sólo la mitad de su trasero. Al caminar, y sabía que ella lo hacía a propósito, sus nalgas se movían seductoramente.
Llevaba un polo ligero corto también blanco de mangas... y sin brasier.

Alessandro transpiraba todos los días al verla así,con diferentes colores de ropa interior haciéndola lucir sexy.

Ella jugaba con su cola al caminar y él estaba disfrutando de todo el espectáculo.

Llegaron al cuarto de Lucía donde rápidamente la volteó para besarla y jalar fuertemente su cola de caballo,y con la otra mano apretar su seno izquierdo encima del polo.

La tiró  a la cama y como si ella lo hubiera planificado, encontró  la correa de la bata de Lucia que estaba al lado de su almohada.

Amarró sus muñecas a la barra de su cama y estiró su cuerpo. Se puso al lado de ella y se arrodilló en el piso, acercándose a sus pechos. El más cercano era el derecho y lo chupó con tantas ganas que casi le arrancaba el pezón.

Lucía estaba delirando. No dejaba de mover sus piernas y gritaba.

    -quiero que estés callada. Estas haciendo demasiada bulla. 

Ella seguía gimiendo fuerte. Alessandro se puso de pie y sacó de su cajón un polo rosa, lo estiró e hizo una especie de tira. Cuando lo logró levantó la cabeza de Lucía y a la altura de la boca de ella, amarró el polo, ahogando sus gritos.

    -espero que no le tengas cariño a ese polo. - le decía , estirando nuevamente sus piernas.

Destendió la cama debajo de ella. Con el cubre cama amarró sus pies al pie de la cama. Y se dio cuenta que tenia total disposición de ella.

Y lentamente levantó su polo dejando a la vista sus grandes pechos. Él la miró a los ojos y vio q se había tranquilizado.

    -creo q ya es hora que gimas como la has estado haciendo.- le dijo mientras fuertemente, peñiscaba su pezón derecho.

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