viernes, 22 de agosto de 2014

Capítulo 5

Por algún motivo raro, Lucía no volvió a hablar con Alessandro durante la semana. A la mañana siguiente que llegó a su casa, ya se había ido.
Se sentía decepcionada de que se haya ido sin haberse despedido o avisando, por lo menos. Pero sabía que lo vería en clases.
Al acercarse a él sintió que era rechazada. siguió avanzando y la sensación se fue intensificando.

    -Hola. Pensé que vendríamos juntos esta mañana.
    -Oh no. me vine caminando con Fernanda. Es muy dulce. Estuvimos hablando todo el camino.

Lucía sintió cierto desagrado cuando escucho el nombre de"Fernanda". Se sintió mal por eso.

    -Bueno, supongo que también se irán juntos hoy.
    -Sí, y no te preocupes, ya conseguí otro lugar para dormir, más bien gracias por el alojo.
    -¿Y dónde te quedarás?- Lucía jugaba con su cabello.
    -Fernanda me ha dicho que su ex pareja tiene una habitación y que me puedo quedar ahí. Ya habló con él en la mañana.- Alessandro miró a Lucía y luego dirigió su mirada a su trabajo.

Lucía asintió con la cabeza y se sentó al lado de Javier. No sabía que pensar. No sabía si Fernanda se sentía atraída hacia él, tampoco sabía si Alessandro tenía algún problema con ella.

El asunto duró toda la semana. Lucía se estaba volviendo loca con las llegadas tardes de Fernanda y la excusa de "estar estudiando" no se la creía. En especial porque llegaba a casa texteando por su celular y con una sonrisa en su cara, una sonrisa que ella conocía muy bien: estaba ilusionada.

Lucía se concentró en sus estudios y dejó simplemente de preocuparse por ellos dos. En cambio, comenzó a pasar más tiempo con Javier. Lo llevaba a cenar a casa seguido mientras avanzaban las tareas. Ella sentía que Javier estaba más interesado en ella, y la verdad, es que no le incomodaba, después de que Alessandro se fue repentinamente sin explicación, le había dejado una desazón que no podía explicar.

    -Estoy cansada.- Lucía frotó sus ojos fuertemente.
    -Sí yo también- Javier vio su reloj- ya es tarde. Tomaré el bus, no te preocupes en dejarme en casa.
    -oh no, lo siento. Pero para que encuentres un paradero tendrás que caminar más de 10 cuadras.
    -No importa, ya estoy acostumbrado.

Mientras Lucía vio como Javier arreglaba sus cosas, se le vino a la cabeza una idea que hacia que se ponga nerviosa.

    -¿Y si te quedas ésta noche?-dijo Lucía y actuó como si no le tomara importancia a lo que acababa de decir.

Javier se la quedó mirando, hipnotizado.

   -¿estás hablando en serio?.- Javier se sentó nuevamente.
   -Mira, mañana es fin de semana y no hay ningún apuro con que te vayas, y es más para mi tranquilidad, al menos sé que acá estarás seguro.
   -¿Y Fernanda?-dijo Javier que no podía disimular su sonrisa.
   -¿Qué tiene? ella llega tarde y lo más probable que ni se de cuenta que estés aquí.-Lucía mordió su lengua para no decir que Fernanda era una "zorra que llega a la hora que se le de la gana".

Javier asintió y dijo:
   - Es una pijamada, ve a ponerte tu pijama sexy.-y sonrió.
   -Eres muy cómico amigo mio- enfatizó las palabras- voy a traerte unas sábanas para que te acomodes en el sillón.

Lucía había traído las sábanas y se habían puesto a ver una película de cable, una película extranjera en donde el protagonista tenía que encontrar el hueso de su perro. Era ridícula.

Lucía se quedó dormida al poco tiempo y se había recostado en las piernas de Javier. Javier también se quedó dormido, con la mano puesta muy suavemente en el muslo de Lucía.




Eran las dos de la mañana cuando Lucía abrió los ojos. Escuchó los leves ronquidos de Javier, pero muy en el fondo sabía que no se había despertado por eso, había escuchado un carro fuera estacionarse. Se incorporó y se dio cuenta que la mano de Javier estaba en su trasero. Sonrió. La quitó lentamente y se paró a ver por la ventana.

Vio a Fernanda con Alessandro conversando en la puerta principal. Lucía se cruzó de brazos. Se arrepentía de haberlo besado y que la hubiera tocado como la tocó. Al recordar eso hizo que sus piernas rozaran levemente.

Iba a regresar a su habitación cuando observó que Alessandro empujó suavemente a Fernanda contra la pared de la entrada y la besaba, mientras cogía su trasero.

Lucía sintió náuseas y sabía que si seguía mirando ellos se iban a dar cuenta, así que dio media vuelta y se dirigía a su habitación. Se volvió porque escuchó el ronquido de Javier. SE quedó quieta un instante mientras escuchaba a lo lejos, los leves gemidos de Fernanda. Miró nuevamente a Javier y se acercó a él.

    -Javi, Javi.- lo movió suavemente.
    -¿Qué pasa?- miró para todos lados.
    -Nada. no pasa nada, pero me preocupa que no estés muy cómodo acá. quería decirte que si no quieres ir conmigo a mi cama, en buena onda, claro.- Lucía sentía que tenía que aclarárselo.

Javier parecía aun dormido cuando se levantó. Seguía con los ojos cerrados así que Lucía tuvo que guiarlo. Lo que quería lograr con esto era que Fernanda viera que ella no estaba sola, especialmente que estaba acompañada por el que ella estaba loca, o al menos eso aún creía ella.

Hizo que Javier se echara en el  lado derecho de la cama. Se dio la vuelta y se echó a su lado. Javier se quedó dormido rápidamente. Ella lo quedó mirando: su perfil bonito, sus labios medio abiertos, sus largas pestañas. Era para que cualquier chica se enamorara de él, inclusive ella, pero ella era su amiga y sabía que cualquier cosa perjudicaría su amistad y ella lo quería.

Acarició suavemente su mejilla, cuando escuchó que la puerta se abría. Escuchó los tacos de Fernanda y la voz de Alessandro. Fernanda estaba borracha. Sabía que así era por la risa aguda.

    -¿Y esa sábana?-dijo Fernanda.
    -Supongo que Fernanda nos ha escuchado y se ha ido a su habitación.- dijo Alessandro.
    -¿tu crees?-dijo Fernanda.
    -No creo que haya alguien aquí.- escuchó que Alessandro decía mientras se oyó un palmazo.
    -Iré a verla.-Fernanda se quitó los tacos.
    -Iré contigo.-decía Alessandro mientras suspiraba- pero apúrate bebe que te deseo.

Fernanda rió y se acercaban a la habitación de Lucía.

Lucía suavemente se acercó a Javier y puso su brazo en el pecho de éste, mientras ponía rápidamente el brazo de Javier alrededor de su cuello, enganchaba su pierna a la de él.
Abrió un poco las sábanas para que se notara el short que usaba de pijama y que hacía que le viera medio trasero, y cerró sus ojos.

Escuchó el grito ahogado de Fernanda, pero de Alessandro no escuchó nada, pero sabía que la miraba.

Escuchó a Fernanda sollozar mientras Alessandro decía:
    -¿Es Javier?
    -Sí, es él. No puedo creer que estén juntos, ella sabía lo que sentía por él.
    -Bueno, lo más probable que al saber que salías conmigo no vio oposición alguna.-Alessandro se notaba alterado.
    -Pero pensé que tú le gustabas, después de lo que me contaste que pasó en la cocina. Sé que no soy el ejemplo andante en estos momentos, pero ella nunca dijo nada respecto a ti.
    -Al parecer Lucía ya escogió.

Lucía se movió a propósito y dijo "amor" suavemente, justo en el momento que Javier volteaba y quedaban cara a cara, como besándose, Lucía no se movió ni un ápice.

    -Hablaré mañana con ella. ¿Vamos?. Dijo Fernanda mientras salía de la habitación.
    -¿Sabes? me tengo que ir. Te llamo.
    -Pero pensé que...
    -No, ahora no, estás sensible, mejor descansa.- y luego se escuchó un portazo y el motor rugir.

Oyó que Fernanda cerraba la puerta de su habitación.

Lucía abrió los ojos y vio a Javier con los ojos abiertos. Se quedaron mirando un buen rato. Él la acercó a su cuerpo y la besó. Lucía no sabía que hacer, sabía que Javier había escuchado todo y no le sorprendía su reacción.

Dejó de besarla y le dijo:

    -hace mucho tiempo que quería hacer esto. Buenas noches.- la soltó y se durmió.

Lucía sonrió y pensó en la posibilidad de Javier como pareja, cuando oyó zumbar su celular. Lo cogió y vio el mensaje más escalofriante de su vida:

"YA VI TU CAMA. PREPÁRATE. PRONTO ESTARÁS GRITANDO PARA QUE TE DEJE IR. Y CREO QUE SABES MUY BIEN QUE ESO NO PASARÁ"


No hay comentarios:

Publicar un comentario