jueves, 25 de septiembre de 2014

Capítulo 10

Lucía cerró los ojos y a través de sus párpados veía la luz del foco bambolear.
Estaba jodida. Muy jodida. Al sentir la mano de Alessandro alzando su vestido hizo que su piel se pusiera de gallina.
Intentó moverse, pero las sogas apretaban muy fuerte sus muñecas y tobillos. Sentía su piel irritada y trató en lo posible quedarse quieta y pensar en otra alternativa de escape.
Sabía que Javier se iba a dar cuenta que no estaba detrás de él. Y lo más probable es que esperara afuera de la casa para ver si salía al final. Pero hasta que pasara eso, tenia a Alessandro tocándola y haciendo lo que él quisiera.
    -cariño, estas muy tranquila. - decía mientras rozaba con sus dedos la entrepierna de Lucía - parece que te gusta.
Lucía lo miró con odio y trató de gritar a través del trapo, pero era imposible.
    -tranquila. Solo harás que se alejen más de este cuarto. ¿te olvidas que es una casa de sustos?
   
Lucía respiraba agitadamente. Quería salir de allí.
    -hey, respira normal, vas a desmayarte si sigues respirando así - Alessandro comenzó a besar el escote que resaltaba más cuando estaba echada. Lucía comenzó a moverse para apartarlo y sentía como la soga irritaba cada vez más su piel.
    -eso niña, ponte rebelde, vamos, tu sabes como me pone eso, lo sabes desde tus sueños. - y mordió suavemente uno de sus senos.
Lucía seguía luchando y pensó en resbalarse hacia el piso para escapar, pero la caída era alta desde esa cama y no iba a poder detener el golpe contra el suelo.
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Alessandro bajó el escote del vestido y vio los senos de Lucía. Estaba más clara la piel en esa zona a comparación del resto de su cuerpo. Nunca le había caído el sol y no se había bronceado. Vio sus pezones marrones  ligeramente levantados. Pasó su dedo alrededor de la areola y se levantaron un poco más, pero, al igual que Lucía, se revelaban a su toque.
Se acercó a ellos y comenzó a chuparlos y morderlos suavemente, primero el izquierdo y luego el derecho. No quería espantar a Lucía, solo quería que experimentara con él y todo lo que podía darle si solo ella se entregaba a él y solo para él.
Movió su mano nuevamente dentro del vestido de Lucía y ésta vez metió su mano dentro de las bragas de ella. Estaba caliente y mojado. Eso le sorprendió. Esperaba un poco más de resistencia de parte de ella, pero eso solo demostraba que Lucía estaba siendo complacida, y eso le excitaba.
Bajó su dedo medio más hacia la zona restringida y comenzó a moverlo de arriba a abajo.
Observó que Lucía se retorcía Levemente y aparentaba no sentir nada, pero eso no era lo que estaba pasando: ella estaba más mojada.
Con sus dientes, suavemente estiró su pezón izquierdo, mientras seguía con el vaivén en la entrepierna.
Vio que Lucía cerró los ojos.
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Lucía no quería.
Si quería.
No quería.
Si quería.
Luchaba contra su cuerpo. Las nuevas sensaciones y el hecho de que fuera Alessandro hacia que se pusiera más excitada.
Ésta vez sintió que comenzó a jalar su pezón derecho, y soltó un leve gemido.
Estaba avergonzada. No quería sentirse así. El calor en su entrepierna era extrema y con la mano de Alessandro ahí no ayudaba.
Cuando estuvo a punto de rendirse, Lucía abrió los ojos de golpe porque sintió que  Alessandro se había alejado de ella bruscamente.
Giró su cabeza hacia la izquierda y vio que Alessandro miraba por el rabillo de la puerta.
    -parece que tu príncipe viene al rescate.

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