Capítulo 9

Pasó una semana.

Lucía se sentía tranquila y feliz con Javier, más que otras veces que había estado con él.
Javier era muy dulce con ella, y le nacía más sentimientos hacia él.
Habían quedado en ir a un parque de diversiones para olvidar un poco las clases estresantes. Era el aniversario del instituto y decidieron ir para aprovechar el fin de semana largo.

La mañana del viernes, Lucía se levantó cerca de las 9:00 y tomó una ducha. Estaba tranquila desde que encaró a Alessandro. Él solo se limitó a mirarla y sonreír.

Ella le había dicho que no le pertenecía y que haría lo que quisiera con su vida. En resumen: que deje de joderla.

Desde ese momento, Alessandro no le dirigió la palabra y paraba todo el dia con Fernanda en su departamento. Eso le molestaba, aunque no pasaban nunca la noche juntos.

Al salir de la ducha, Lucía se vistió con un vestido ligero blanco, un bóxer negro debajo de éste y sin bra ya que el vestido tenía corte bikini y lo utilizaba como tal. Se sentía bonita y ese día había salido un sol brillante, que, aunque no calentaba, alegraría la mañana.

Se hizo una cola alta y se puso aretes pequeños, se miró en el espejo y como siempre, sonrió.

Javier había venido por ella. Estaba en su camioneta. A Lucía le molestaba un poco no poder desplazarse con su carro porque dependía de él, pero era su novio y él había insistido mucho.

Al llegar al parque comieron helado y se subieron a la montaña rusa. Ella odiaba las alturas y agradeció no haber comido más que el helado, porque se sentía mal después de todo el viaje. Javier se subió nuevamente, esta vez ella lo vio desde abajo.
Lo habían sentado junto a una chica, y ésta no paro de coquetearle. Lucía rió cuando Javier la señaló y le mandó un beso. La chica miró todo el tiempo al piso después de eso.

Pasaron la mayor parte del tiempo jugando por peluches a pedido de Lucía. Javier le rogó ir a la casa de los sustos y ella no quiso.

    -vamos bebé, solo será un rato, para botar adrenalina.
    -no me gusta asustarme Javi, me hace sentir mal en todo el cuerpo.
    -será un rato, si es demasiado estresante nos salimos y ya.

Lucía miró a Javier y sonrió. Quería hacerlo feliz.

    -esta bien  - acarició su cabello - entremos.

Javier sonrió y la besó. Fueron de la mano hacia la casa, había mucha gente así que tuvieron que hacer cola. Mientras conversaban un rato, ya era su turno.

Lucía apretaba muy fuerte la mano de Javier al entrar.

Todo estaba oscuro y la gente murmuraba al pasar. Lucía escuchó gritos y se sobresaltó. Javier soltó su mano y dijo que se esconda detrás de él para que no las asuste tanto. Ella le hizo caso al instante y se puso detrás de él.

Delante de ellos había una pareja que gritaron al ver a un chico con un cuchillo salir de la nada.

Siguieron caminando y Lucía estaba tranquila ya que Javier se llevaba las primeras impresiones y eso hacia que estuviera preparada.

Cuando entraron a un cuarto de la casa, no había nadie salvo una cama de hospital y un foco que colgaba y bamboleaba.

Javier salió del cuarto y detrás de él Lucía. Antes de que ella saliera, se cerró la puerta.  Lucía intentó abrir pero estaba con llave.

"Mierda" pensó Lucía. No quiso voltear porque sentía la presencia de alguien ahí.

Seguía forzando la puerta, hasta que alguien la volteó y ella se quedó helada: era Alessandro. No tuvo tiempo ni gritar porque le tapó la boca con un trapo y se lo amarró atrás de su cabeza.

Antes de que ella se lo quitará, Alessandro cogió sus manos con fuerza y le amarró con una soga.

Ella comenzó a patear, en vano, todo estaba oscuro y Alessandro esquivaba cada que ella pateaba.

Jaló de ella e hizo que se apoyara en la cama de hospital. Al caer boca abajo, él amarró sus pies e hizo que se echará boca arriba.

    -bueno, miren quien vino hacia mi. ¿Qué me vas a decir ahora?

Lucía sólo sollozaba y lo miraba.

    -Es la hora de show niña.

Y Alessandro comenzó a alzar su vestido.