-¿Tú como sabes lo del sueño?- Lucía no dejaba de mirar a
Alessandro.
-¿Osea que es
verdad?- Sonreía como sorprendido- Fernanda me dijo que ha estado escuchando mi
nombre todo el tiempo que ella ha estado aquí mientras dormías. Dijo que es una
coincidencia que conociera a un chico con el mismo nombre. Dice que escuchó que
gemías un día cuando ella te despertó.- Alessandro se arrodilló frente a
Lucía.-Eres tan dulce, lástima que ya no lo serás tanto después de lo que te
haga.
-Tú no me harás
nada. Ya no estoy sola. Sabes que él me protegerá.- Lucía lo miraba con ira.
Después de aquella confesión se sentía mareada.
Alessandro miró sus piernas y sonrió, alzó su vista y miró
los senos de Lucía.
-Me encantan.
Podría estar mirándolos todo el día-puso su dedo en uno de ellos y presionó. Su
dedo se hundió un poco. Lucía lo miró y entreabrió un poco los labios. Lo
miraba fijamente mientras él jugaba con ellas.
-Alessandro, por
favor, ya no me toques. Ya es suficiente. – Lucía retrocedió. Alessandro se
quedó con el dedo estirado y la miró.
-No te alejes de
mi-Alessandro se acercó a ella nuevamente.
Lucía cerró los ojos, cuando escuchó los tacos de Fernanda
en el pasadizo. Abrió los ojos y vio que Alessandro estaba sentado nuevamente
en el sillón.
-¿Qué haces en el
piso?-Fernanda miraba a Lucía y buscaba su llave en el bolso.
-Se me cayó un
arete- no quería tener más problemas con ninguno de los dos. Miró a Alessandro y el ocultaba su
sonrisa con el puño. Cobarde.
-¿Vamos
Ale?-Fernanda le sonrió y estiró su mano para cogerla.
-Vamos.- Dejó con
la mano extendida a Fernanda y ayudó a levantarse a Lucía. Cuando se vieron a
los ojos, Fernanda jaló a Alessandro y se despidió de ella.
-No hagas nada que
yo no haría, o mejor sí, porque ésta noche haré mucho- dijo ella, Alessandro sonrió y se fue con
Fernanda.
Lucía cubrió sus ojos y sintió la necesidad de llorar. Pero
no lo hizo.
Se levantó, sacudió su cabello y se fue al cuarto, llamó a
Javier:
-Hola hermosa ¿Qué
pasó?-Dijo Javier al otro lado del auricular.
-Hola-Lucía cerró
los ojos. No estaba segura de lo que hacía, pero estaba furiosa- ¿estás en tu
casa?
-Si, estoy
avanzando la tarea de encajes. Oye, la verdad es que no sé porque estudio esto.
¿No me hace gay, verdad?
-Te hace más
atractivo a las mujeres-Sonrió- ¿Puedo quedarme…mmm… puedo ir a tu casa…y ….?
-¿Qué es lo que
pasa? ¿Qué es lo que me quieres decir?-Lucía escuchaba que Javier pasaba las
hojas del libro.
-lo que te quiero decir
Javier, es que, estoy sola en casa, y sé que es tarde para vernos, pero me
gustaría verte ésta noche, iría a tu casa claro.
Javier se quedó callado, solo se escuchaba su respiración, y
eso inquietaba a Lucía.
-Javier si no
puedes…-comenzó a decir ella.
-Ven en una hora.
Te espero.-Dijo Javier.
-Ok. Entonces nos
vemos.-Dijo Lucía y colgó.
Se metió a la ducha y pensó que estaba siendo muy apresurada
con respecto a Javier. Ella sabía que en el fondo él querría más cosas…intimas
y ella aun no se sentía preparada, o al menos, necesitaba más tiempo para
asimilar la idea. Pero ya lo había llamado. Ya habían quedado verse en su casa.
Al llegar a su casa,
se quedó dentro del carro mirando por la ventana.
Frotaba sus ojos, como siempre hacia cuando no se sentía
segura. Pero, no tenia que pasar algo, pensó Lucía. Solo estoy visitando al
chico q me gusta a las 9 pm. No es tan tarde.
Respiró hondo y salió del carro. Fue caminando a la casa y
tocó el timbre. Al poco tiempo abrió Javier.
-Hola-dijo Lucia
mientras hacia el saludo con la mano.
-Hola Preciosa-
Javier se acercó a ella y le dio un pequeño beso en los labios.-Como me encanta
hacerlo de verdad y no solo en mis pensamientos.- Rascó su nuca como
avergonzado e hizo pasar a Lucía.
Lucía soltó su cabello y Javier la abrazó por atrás.
-Tu cabello huele
muy bien.- y le desabrochaba la blusa.
Oh no.
-Javier, ¿Qué es lo que
estás haciendo?- volteó y lo miró.
-Nada,
solo desabotono uno de tus botones para que te veas más sexy.-Javier se alejó
de ella.-¿Por qué has venido? ¿Pasa algo en casa?.
Lucía jugó con sus
dedos y pensó en Alessandro y Fernanda y lo que debían estar haciendo:
Besándose, tocándose el uno al otro, Alessandro tocando con sus dedos los senos
de ella. Frunció los labios y miró los ojos marrones claros de Javier. Se
acercó a él y lo besó.
Javier recibió el beso
sorprendido, pero inmediatamente le correspondió. Cogió su cintura acercándolo
a él. Lucía rodeó con sus brazos, haciendo que Javier se agache más. Él bajó
sus manos hacia su trasero y lo apretó. Lucía gimió sin querer muy levemente.
Javier gruñó muy bajo y dejó de besarla. Aún tenía sus manos en su trasero y la
miraba muy de cerca. Lucía tenía cerrado los ojos y puso sus manos en su cara,
lo miró y lo beso nuevamente.
Javier hizo que
caminaran hacia su cuarto mientras se besaban.
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