miércoles, 8 de octubre de 2014

Capítulo 12

La noche pasó en un silencio incómodo. Después de decirle a Javier que  era lo que realmente había pasado, se volvió loco y casi golpea a Alessandro. Él dio la excusa que era parte de su trabajo y estaba como parte de susto en la casa.

Javier salió de la camioneta y comenzó a caminar hacia dirección opuesta. Dejó a Fernanda tapando su cara con las manos y salio detrás de Javier.
  
  -Javier ¿quieres esperarme? - Lucía trotaba detrás de él. Cuando por fin se detuvo, lo miró fijamente.
  
  -fue parte de su trabajo. Lo descubrí cuando por fin me soltó. No pasó nada- y miró al piso cuando dijo ésto. Se sentía mal mintiendole,  pero creía que supiera lo esencial era suficiente. No quería complicar más las cosas.

Javier no decía nada,  solo miraba a Lucía.
Al final, suspiró y la abrazó.
  
  -ese chico quiere algo contigo Lucía. Desde que entraste con él ese día al salón, lo noté en sus ojos. Necesito que te alejes de él para poder estar tranquilo - y la miró a los ojos.
Lucía asintió con la cabeza, aceptando la propuesta de Javier. Ella no lo buscaba, era al revés. Pero sentía cierto desasosiego pensar cuando volvería a sentir ese tirón en su vientre cuando la tocaba. Debía dejar de pensar en eso.

Se abrazaron y regresaron a la camioneta. Javier no dijo nada, solo condujo, mientras en la parte trasera, Alessandro y Fernanda discutían muy bajo. Lucía los ignoró. Ignoraría todo lo relacionado con ellos.
Al igual que en el coche, comieron en silencio, solo hablaban cuando querían sal o alguna crema, pero solo eso.
Incómodo, obviamente.

Todos decidieron quedarse en el apartamento de Lucía. Mientras ella abría la puerta, recordó lo que hace más o menos 2 horas había ocurrido en ese mismo lugar, y su entrepierna se calentó levemente,haciéndola poner sonrojada.
Al entrar, Fernanda tomó de la mano a Alessandro y lo llevó a su habitación. Mientras Javier y Lucía pasaban para al cuarto de ella, escucharon como Fernanda lloraba y le reclamaba algo a  él.

Cerraron la puerta y Lucía se tiró en la cama.
  
  -que día.
   -si. Un día muy largo que asimilar. - se echó a su lado y acariciaba su mano.

Lucía lo miró dulcemente. Se acercó a el y lo besó. Luego comenzó a quitarse la ropa y a buscar su pijama. Había decidido que si avanzaban paso a paso, el sexo sería más fácil después.
Javier se le quedó mirando mientras ella se cambiaba. Vio sus senos, y realmente le alegraba verlos.

Al echarse ella en la cama, él se quitó el pantalón y el polo y se acostó en bóxer.
Lucía se había puesto un short rosa y un polo que combinaba. El short mostraba sus piernas y parte de su trasero, lo cual la hacia sentir un poco incómoda, pero decidió ignorar esa sensación.

Javier se le acercó y comenzó a besarle tiernamente mientras su mano acariciaba su cintura. Bajaba lentamente hacia su muslo derecho y subió nuevamente hacia su trasero.
A Lucía le encantaba como la tocaba y decidió seguir sus impulsos.

Javier se puso lentamente encima de ella mientras acariciaba su cuello y subía y bajaba tentativamente como pidiendo permiso de tocar sus senos. Al final bajo a su pecho derecho; y lo apretó suavemente.
Lucía gimió e instintivamente y abrió sus piernas alrededor de él.
Javier alzó su mirada y vio a Lucía. Acarició su mejilla y acomodó su cabello detrás de su oreja.
    
-¿estás segura de ésto? - Javier se acomodó y se amoldó en su cuerpo.
Lucía no quería pensar. Después de lo que pasó con Alessandro, su cuerpo pedía a gritos satisfacción.
Asintió con su cabeza.
Javier sonrió y comenzó a tocarla más.

Lucía se puso sensible a su toque. Cada que la tocaba, su piel se erizaba.
Javier comenzó a bajar su braga y sus dedos acariciaron su entrepierna, haciendo que ella se moje más.
    
    -estas lista para mi - y comenzó a morder sus pezones y a chuparlos ferozmente.
Comenzó a sentir más calor en su entrepierna y era porque Javier estaba caliente también con su miembro.
    -mírame amor - le dijo a ella.
Cuando lo miró,  sintió presión y dolor dentro de ella, haciéndola cerrar los ojos con fuerza y gritar por lo bajo.
Javier se quedó dentro de ella, para que se acostumbre a él, cuando escucharon que Fernanda gritaba.

Los dos se sobresaltaron y Javier se separó bruscamente de ella, haciéndole doler. Lucía se tapó con las sábanas y Javier se puso nuevamente el bóxer y salieron corriendo hacia su habitación.

Ambos ahogaron un grito al ver la escena.

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