jueves, 23 de octubre de 2014

Capítulo 14

Todo esto se estaba saliendo de control.
Pero no podía evitar lo que sentía.
Lucía se sentía en desventaja cada vez que Alessandro la tocaba.
Sentía como desataba su bata. Cuando se percató que él dejo de tocarla, lo miró.
Alessandro la estaba mirando de arriba a abajo. Eso hizo que instintivamente ella se cubriera.

    -no te cubras - Alessandro abrió nuevamente su bata y se acercó a ella.

    -es mejor que regrese a mi habitación.
    -no dejaré que esa excusa me aleje de ti de nuevo. - y la besó. Lucía no podía evitar la reacción de su cuerpo, que cada vez se encendía más, haciendo que cada toque que él le daba fuera más sensible.

La presionó contra la alacena y presionó con su mano el vientre de Lucía, bajando lentamente. Ella Lo seguía besando, y jalando su cabello suavemente.

    -estás mojada - dijo Alessandro mientras besaba su cuello y lo mordía muy suave.

    -oh Dios - Lucía se aferró a Alessandro y gimió muy bajo.

Alessandro apretó sus nalgas encima de la bata mientras seguía besando su cuello.

Lucía sintió su erección presionando en su vientre e instintivamente comenzó a rozarlo.

Alessandro la miró, cogió su cabello e hizo que su cabeza fuera atrás, exponiendo su cuello. Pasó Su mano desde ahí, pasando por sus pechos que estaba con los pezones erectos, por la barriga Hasta su entrepierna.

Mordió  y chupó sus pezones,  haciendo que ella se encurve hacia atrás. Lamió su cuello todo el largo y la besó en los labios nuevamente.

Lucía sentía los dedos de Alessandro acariciando sus labios vaginales. La estaba volviendo loca.

Ella Lo miró y comenzó a acariciar su torso. Pero él la miró y cogió sus manos, poniéndolas encima de su cabeza, sometiéndola.

El gruñó por lo bajo cuando sonó el teléfono de la casa. Miró a Lucía, soltó sus manos, amarró su bata y la besó suavemente.

    -anda, antes de que Fer salga y nos vea.

Ella salió de la cocina mareada. Cuando llegó al teléfono, ya habían cortado. Vio El número y era de la casa de su mamá.

Cerró los ojos. No la había llamado en toda la semana.

Estaba a punto de llamarla y disculparse. Cuando sintió que la abrazaron por atrás, sintiendo la erección que antes había sentido.
Sonrió sin que se de cuenta.

    -pensé que ya se te habían ido las ganas.
    - cuando te veo nunca se me van las ganas - dijo Javier besándola debajo de la oreja.

Lucía se puso en alerta. El corazón se le aceleró al saber que casi comete un error.

Ella volteó y lo abrazó para que no viera su cara.
Se sentía muy mal por lo que hace sólo instantes había pasado con Alessandro.

    -perdón por interrumpir - dijo Alessandro saliendo de la cocina.

Javier volteó y cubrió a Lucía, poniéndola detrás de él.

Alessandro sonrió y se cruzó de brazos.

    -no te preocupes, no me acercaré a ella. Creo que ella tiene claro con quien quiere estar. - se dio media vuelta y camino por el pasillo y cerró la puerta detrás de él cuando entró al cuarto de Fernanda.

Javier volteó y miró a Lucía.

    -¿Cómo amaneciste? - le dijo mientras acariciaba suavemente su mejilla.

    -con un poco de dolor, pero creo que
Es normal - miró al piso porque se había puesto roja por la situación post-sexo.

Javier sonrió y le dio un rápido beso.

    -tengo que ir a mi casa a ordenar un poco, puede que mi hermano venga y quiero presentártelo.

    -esta bien. Supongo que nos veremos hasta la noche ¿no?

    -si y haz una pequeña maleta con ropa. Quiero que te quedes en mi casa ésta noche.

Lucía lo miró y sintió un retorcijón en el estómago.
Le ponía ansiosa toda esta situación. Las cosas eran más fáciles sin sexo. No sabia si sentiría igual si estuviera con....Alessandro.

Él se dio media vuelta y fue a la habitación. Lucía aprovechó para llamar a su mamá.

    -hasta que por fin sales de  tu escondite.
    -Hola mamá. He estado ocupada con algunos trabajos. Ya sabes como es.

La mamá de Lucía era una señora alegre, aparentemente por fuera, pero por dentro llevaba un peso de dolor. Había sufrido mucho de niña con el abandono de su padre y la ausencia de su madre por hacer el trabajo de ambos. Siendo la hermana mayor nunca había disfrutado su niñez y se había vuelto la "segunda mamá" de sus hermanos.

    -si lo suponía. ¿cuándo te vienes por la casa? Tus hermanos van a venir este martes a cenar y quiero que estemos todos juntos.

    -está bien mamá. Iré. Faltaré a mi última clase para poder llegar a tiempo.- sobaba su frente.

Ella no veía a sus hermanos hacia más o menos 5 años. Lucía había viajado apenas salió del colegio porque quería apartarse de ellos. Tenían discusiones todos los días por la atención de su madre. Siendo la menor se llevaba todo el cariño. Iván,  el hermano mayor por 3 años, la encerraba frecuentemente en una habitación oscura y no le abría hasta que ella se desmayaba del susto. Rodrigo, que le llevaba 1 año, la hizo más miedosa e insegura en la adolescencia, burlándose de su cuerpo.

Nunca más regresó a esa casa, no al menos cuando ellos iban a visitar a su madre. Nunca le había contado eso a ella porque sabía que sufriría. Por eso trabajó en el extranjero y cuando regresó después de 4 años, consiguió el departamento. 

    -esta bien hija, sigue descansando,te noto cansada. - decía su mamá mientras se escuchaba que prendía la radio.

    -vale mamá. Nos estamos viendo. Te quiero.
    -y yo a ti. - y colgó.

Lucía se fue a su cuarto mientras trataba de no pensar en el día que vería a sus hermanos.

Vio que Javier ya estaba cambiado y había tendido la cama. sonrió y se dirigió al baño a cepillarse los dientes, se lavó la cara y se hizo un moño alto. Al entrar al cuarto buscó unas bragas limpias mientras se quitaba la bata. Sentía la mirada de Javier en su trasero.

    -odio irme.- dijo con un tono amargo
    - tienes que hacerlo. Acuérdate de tu hermano.

    -lo se lo se.- dijo mientras ella se ponía la braga.

Rápidamente, se puso unos pantalones deportivos y un polo simple color coral.

    -nos vemos en la noche mi amor.- dijo Javier mientras la besaba y ponía su mano en su seno.

    -anda antes de que esto se salga de control. - y lo empujó suavemente.

    -no dejes que ese tipo de acerque. - dijo señalando hacia el cuarto de Fernanda.

    -no lo hará. Ya deja de pensar en eso.
    -vale. Te estoy llamando - y salió.

Escuchó que se cerró la puerta principal.
Al rato, la puerta de la habitación de Fernanda se abrió, escuchando la voz de ella que caminaba con los tacos.

    -me vas a acompañar. No pienso dejarte sólo con ella - decía Fernanda en voz baja, pero que aún así se escuchaba.

    -no quiero salir. Prefiero quedarme, debes creer que no haré nada con ella.

    -prefiero que te vayas antes de dejarte acá. Así que por favor. Decide.

Se escuchó que Alessandro gruñia.

    -me voy entonces.- se escucharon llaves y un "permiso".

Lucía escuchó el clásico rugir del auto de él.

A los 5 minutos, Fernanda salió de la casa.

Lucía se puso a lavar las cosas y a limpiar el departamento. Estaba hecho un desastre desde hace días. Y no lo soportaba.

Mientras prendía la radio para escuchar música mientras barría, sonó su celular.
Era un mensaje.

"Abreme la ventana de tu cuarto. Alessandro."

Lucía no le creyó,pero aun así fue a ver.
Y ahí estaba él, en la azotea del vecino, esperando.

Y ella abrió la ventana, mientras lo miraba a los ojos.

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