jueves, 6 de noviembre de 2014

Capítulo 16

    -¿Para qué quieres sujetapapeles?- dijo Lucía mientras trataba de acomodarse en la cama para ver mejor a Alessandro.

    -para algo que puede que te guste mucho, pero para saberlo necesito esos sujetapapeles. - comenzó a sacar todos mis cuadernos y folderes. Encontró unos que sujetaban unos trabajos que tenía que presentar el Lunes.

Los acomodó debajo de su escritorio y jugó con los 4 que consiguió. Lucía cerró los ojos y comenzó a respirar agitadamente.

Alessandro la besó suavemente, y ella  tuvo la sensación de que era la última vez que lo hacía. Cuando abrió los ojos Alessandro la miraba y se alejó de ella.

    -¿Qué pasa? - Lucía por primera vez tuvo miedo. Alessandro cerró los ojos.

    -me tengo que ir - comenzó a desatar los pies de ella mientras disimuladamente los acariciaba.

    -oye, ¿Qué ha pasado? -  instintivamente Lucía flexionó sus piernas mientras el desataba sus muñecas.

    -no podemos hacerlo acá. No acá, donde estuviste con. .. tu enamorado. - se sobó los ojos.

Lucía terminó de ponerse su brasier y se puso de pie.

    -¿por eso te has detenido? - y se acercó a él. Luego retrocedió. No sabia si se le permitía acercarsele. Su relación (si es que se le podía llamar relación) siempre estaba en un vaivén de emociones y actitudes.

Lucía bajó la mirada y se puso su polo. No pudo evitar sentirse triste y sola.

    -si bueno, es mejor que te vayas. Estos sube y baja de sensaciones que tengo contigo no me gusta, yo soy un poco inestable, y tu me haces sentir peor.

Alessandro la miró fijamente y luego abrió la ventana para salir de nuevo por ahí.

    -no quiero que te sientas así conmigo. Debes saber que te deseo más de lo que crees, pero lo nuestro no va. Tu necesitas a alguien estable y que no te complique las cosas. - puso los sujetapapeles en el alféizar de la ventana.

Lucía no pudo evitar llorar. Esto era mas complicado de lo que creía. Conocía apenas a Alessandro y sentía que lo necesitaba más que otra persona. Tomó aire por su boca y salió de su cuarto, cerrando la puerta tras de ella. Escuchó cuando Alessandro saltó mientras ella se dirigía a los servicios.  Cuando se vio al espejo, no pudo evitar pensar que vio en ella. Tenia el pelo largo, ojos grandes y cejas gruesas, cachetona,  y mirada triste. Lo de la mirada triste no podía evitarlo.
Bajó su vista hacia el lavabo y se mojó la cara.

Salió y comenzó a limpiar la casa nuevamente, poniendo la música más Alta.

Cuando entró Fernanda,  la miró con duda y luego se dirigió hacia su cuarto.

En la tarde, más o menos cerca a las 5, Lucía llamó para pedir comida. Pidió para dos pensando que Fernanda saldría a comer con ella.

Luego de que la comida llegó, comenzó a comer del mismo envase mientras veía un poco de Tv.

    -Que bien huele.- dijo Fernanda que estaba con un short rosa y un polo holgado.

   -tu plato esta en la cocina.

Cuando regresó, se quedó mirando su plato de comida. Lucía sabía que ella quería hablar, no por nada era su mejor amiga.

    -mira, sé que estás incómoda con todo este tema de Alessandro, y la verdad es que él no es importante para mi - dijo esto con un dolor en el pecho. Comprendió que sentía algo por él , pero tenía que dejarlo ir así como vino.

    -Lucía, yo... no siento nada por él, todo es sexual,  aún así me incomoda que piense en ti cuando está haciéndolo conmigo.

    -eso no lo sabes...- comenzó Lucía.
    -claro que lo sé. Menciona tu nombre todo el tiempo. Cada vez que lo hacemos. No le he dicho nada porque pensé que se incomodaria.- y miró a Lucía.

Lucía miró su plato fijamente. No quería pensar en eso.

    -yo no quiero nada con él. Estoy con Javier y lo quiero a él. - lo dijo en voz alta para creérselo .

Fernanda hizo una afirmación con la cabeza y comenzó a comer.

Cuando comenzaron a reírse de las mismas cosas de la serie que veían, Lucía supo que el tema estaba zanjado.

Dejó a Fernanda viendo tele mientras ella se metía a la ducha para verse con Javier... y su hermano.

Pidió ayuda a su amiga para saber que vestirse. Al final decidieron que usaría un Jean oscuro hasta la cintura, con un polo sin mangas negro, que lo metió dentro de sus jeans,  unos botines con taco negro, y  una chompa rosa ligera . se hizo un moño como dona a la mitad de su cabeza que hacía que su cuello se alargara más. Unos aros pequeños como pendientes y un poco de maquillaje.

Llamó a Javier para decirle que ya estaba yendo a su casa. A él se le había hecho tarde haciendo la cena y no pudo ir por ella, lo que le alegraba ya que así podía estar nerviosa todo el camino. No conocía a su hermano. Solo que se llamaba Paulo. Como su ex novio. Eso le hizo sonreír. Paulo había sido bueno con ella, pero era demasiado coqueto. Le gustaba ponerla celosa y eso no le gustaba. Terminaron por que lo encontró haciéndolo con una tipa en su carro deportivo.

Cogió su pequeño morral donde había puesto Lo esencial para pasar la noche. Pensó que Javier no tendría ninguna objeción en prestarle un polo de él para usarlo como pijama.

Se despidió de Fernanda y subió a su carro hacia la casa de su novio.

Se estacionó en la entrada de la casa. Había pensado en Alessandro todo el camino y no sabía si debía hablar con él nuevamente. Pensó que dejaría las cosas como estaban. No las complicaría más. Antes de salir del auto, subió las lunas y sacó su morral.

Subiendo las escaleras a la entrada de la casa de Javier, vio un brillo rojo que llamó su atención. Al voltear para ver que era, vio un deportivo rojo que había resplandecido por un carro que había pasado cerca de éste.

Se quedó viendo el carro.

    -¿Lucía? ¿Qué haces aquí?

Ella volteó y vio a Paulo. Su ex. En la puerta de su novio.

Oh no.

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