miércoles, 12 de noviembre de 2014

Capítulo 17

"Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré."

Gabriel  García Márquez


Lucía se quedó viendo a Paulo como hipnotizada.
Era imposible que fuera él. Ni en otro mundo imaginó que él fuera hermano de su ahora novio. No se parecían en nada.

Paulo tenía 28 años. Era alto, de 1.76 y cabello muy negro y lacio. Era delgado, y tenía los ojos de color marrón. Tenía una pequeña cicatriz de labio leporino y era lo que lo hacía atractivo para Lucía.
Él le sonrió, se acercó a ella y la abrazó. Lucía se quedó quieta sin siquiera tocarlo. Cuando él se apartó de ella y la estaba cogiendo de los hombros, dijo:
    
    -¿Qué diablos haces aquí?
    - vengo a cenar con mi novio.- y lo miró a los ojos.
    -hace mucho que no somos novios. - y se rió.

Lucía entornó sus ojos. Había olvidado lo exasperante que era y su alta autoestima.
   
     -Mi novio es Javier, tonto.
    -eso no puede ser. - Paulo se la quedó viendo fijamente - es mi hermano menor. Tiene 22.
     - eso ya lo sé. Y yo 23.

Paulo tocó su estómago como si sintiera dolor y luego cogió su frente.
Lucía pasó por su costado y pasó a la casa. Vio las maletas de Paulo en el pasadizo de la entrada.

Caminó de frente, y entró a la primera puerta de la derecha, donde estaba la cocina.
    
    -Hola mi amor. - Javier se acercó a ella y le dio un beso - ¿llegaste bien?
    -sí. Ehm. Javier, hay algo que tengo que decirte. Es sobre Paulo... - comenzó a decir Lucía.
    -¿Qué pasa con él?
    -pasa que soy su ex - dijo Paulo entrando a la cocina y apoyándose en la alacena.

Javier se quedó mirando a Lucía buscando una respuesta.
Luego miró a su hermano.
   
     -¿ella es la chica que dejaste por encontrarla con otro en un carro? - dijo Javier mirando a su hermano mayor.
    -¿Qué ? - dijo indignada ella. - él me engañó a mi y por eso lo dejé.

Paulo hizo una mueca de exasperación.
    
    -eso no tiene nada de importante. El asunto es que estás saliendo con mi ex - dijo él.
    -yo no lo sabía. - dijo Javier sorprendido.
    -tenía 16 cuando comencé a salir con tu hermano Javier. Fue antes de que me fuera de viaje. Era compañero de Iván, mi hermano mayor, y siempre paraba metido en la casa.
    -ya veo. Bueno, no veo ningún problema ahora Paulo. No entiendo ahora en que te afectaría. Han pasado más de 5 años.

Paulo se quedó callado. Ella sabía cual era el problema. Conociéndolo,  debía estar furioso porque ella se acostaba con su hermano menor y nunca lo hizo con él. Y eso lo estaba matando lentamente. 

Una chica que nunca tuvo ahora es de su hermano.

Comieron en silencio la pequeña lasagna que Javier preparó. Estaba riquísima, pero el ambiente estaba muy cargado.

Javier comenzó a hablar de que haría más tarde su hermano. Ella Lo escuchaba y de vez en cuando miraba a su ex. Él aún mantenía la frescura de los 21 años en sus ojos, pero se notaba que había madurado.
    
    -... y se irá a Japón nuevamente en una semana. -dijo Javier.
    -tienes todo bien planeado Paulo- dijo Lucía.- espero que todo te siga yendo tan bien como ahora.
    -Yo también lo espero. las cosas han estado un poco complicadas allá y nada me gustaría más volver a mi país.-miró a su hermano- has estado solo mucho tiempo, con nuestros papás en Londres, literalmente te estás cuidando tu solo aquí.
    -Tengo 22 Pau, he madurado lo suficiente para hacerlo todo yo solo. 
    -Pero no deberías estar solo todo el tiempo, por eso me quiero regresar, eso depende mucho de como estén las cosas en Japón. quiero formar mi propia inmobiliaria aquí.

Javier siguió comiendo como si no lo escuchara. Lucía miró a Paulo y le guiñó un ojo. Ella hizo una negación con la cabeza y siguió comiendo también.


Cerca de las 10:30 pm, Lucia y Javier se fueron a la habitación. Paulo había salido con unos amigos del vecindario a un bar.

    -Nunca vine a ésta casa con Paulo, era muy chica cuando estuve con él- quiso aclararle a Javier- Estuvimos cerca de un año. Después de eso, yo estuve juntando dinero para irme de viaje.
    -No te tienes que preocupar por eso, pero igual Gracias por decírmelo amor.

Javier y Lucía se acostaron y vieron TV hasta que se quedaron dormidos. Javier no tenía polos deportivos porque los había mandado a la lavandería, así que le dio uno de su hermano, lo cual le hizo sentir incómoda, pero prefería eso a dormir casi desnuda.

Lucía se despertó en la madrugada con ganas de ir a los servicios. Se dirigió al baño que estaba en el pasadizo. Cuando salió escuchó a Paulo estacionar su deportivo fuera. Se dirigió hacia la ventana que tenía la vista hacia la fachada principal, cuando vio a Paulo tambalearse y quedarse tumbado en las escaleras de la entrada.

 "maldición" pensó Lucía, y salió.

   -¿Estás bien?
    -Estoy bien, déjame en paz.
    -Vamos , entremos a la casa.
    -Esa es mi camiseta.

Lucía hizo pasar a Paulo y lo sentó en el sillón.

    -Acuéstate, estás borracho,-dijo ella.
Lucía lo había visto varias veces así durante sus adolescencia. tomaba sin parar y era ella quién tenía que cargar el bulto al final hacia el carro deportivo y dejarlo dormir ahí, mientras ella pedía un taxi para su casa. Al final de la tarde del día siguiente, la llamaba para pedirle disculpas.

    -No sé cuantas veces escuché esa frase de tus labios- Dijo Paulo.
    -Me voy con Javier a la cama, duerme un poco, te traeré un poco de agua si es que te da sed.

Lucía se levantó del suelo y se fue hacia la cocina. cogió la jarra que estaba con agua y la sirvió en un vaso.

Cuando dejó la jarra en su sitio, sintió que le cogieron el trasero,

    -Pero que demonios...-ella volteó y vio a Paulo sin camisa y pantalón, solo estaba con unos boxer negro.

    -Te ves muy sexy con mi camiseta. Mi hermano te debe comer muy bien.
    -¿Qué mierda te pasa? aléjate de mi- y le dio un empujón-.
    -Oh no mi vida, tu debes saber que los hermanos siempre deben compartir sus juguetes.- la cogió del brazo y cogió su trasero nuevamente, Ella comenzó a empujarlo, pero cogió fuertemente su cabeza y la besó.

Lucía sintió todo el aliento a licor y tuvo náuseas. siguió empujándolo cuando vio que la luz se prendió y luego vio como Javier lo volteaba y le dio un puñetazo a su hermano mayor.

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