sábado, 31 de enero de 2015

A nadie - Capítulo 03

    -¿Lucía ? - escucharon ambos desde la cocina - ¿Estás en casa? - y cerraron la puerta.

Ambos se quedaron helados. No se movieron y solo se miraban.

    -¿Lucía estas en casa? - dijo ésta vez una voz masculina.

Luego escucharon que hablaban y abrían y cerraban nuevamente la puerta.

    -¿quienes son? - preguntó Alessandro luego de desatar rápidamente a Lucía.

    -parece Iván. Pero ¿como entró a la casa? -mientras se acomodaba la ropa y acomodaba todo.

    -debes haberle dado una llave extra - Alessandro se acomodaba el cabello.

    -no lo sé, pero ya lo averiguaré.

Salió del cuarto dejándolo en su habitación.  Cuando llegó a la sala observó que su hermano revisaba los recibos que tenia en la mesa junto al TV.

    -no sabia que te había dado una llave para que vengas a mi casa - miró a todos lados- ¿con quién estabas?- Lucía se apoyó como de costumbre en la pared y se cruzaba de brazos.

    -Lucía, has estado ocupada al parecer. - la  miró de arriba a abajo - sabes que tus pantaletas están un poco mojadas y que se te nota medio pezón? 

Ella abrió los ojos como platos y luego se observó: se notaba su tatuaje y una pequeña parte de su pezón. Y efectivamente sus bóxer, en el lado de la entrepierna, se asomaba una sombra liviana.

Se puso roja de vergüenza e instintivamente se tapó la parte baja, mientras subía su polo.

    -aún no has respondido mi pregunta.
    -no has hecho ninguna.
    -¿porque has venido a mi casa y de donde sacaste esa llave?
    -de la casa de mamá. Ella tiene la llave de todos. Y fue fácil conseguirla ya que tiene tu nombre. - dijo mientras hacia sonar la llave dorada.
    -tu no puedes entrar a mi casa así porque sí. 
    -sólo quería saber como estaba mi pequeña hermana - se acercó a ella. - ¿has estado haciendo travesuras no? -la miró mientras los achinaba - recuerdas muy bien lo que pasaba cuando te portabas mal y yo estaba al mando en casa.

Lucía tembló, y luego tuvo una imagen de ella. Con él acostados en la cama y obligandola a desnudarse.

Instintivamente retrocedió, temerosa de repente de su hermano mayor.

    - parece que si lo recuerdas- se acercó y acarició su cabello - una pequeña niña de 9 años,inocente, culpable de que nuestro padre se fuera, merecía un castigo, aunque no fui cruel contigo, más bien te traté  muy bien, era para que te haga cosas que ahora disfrutas, pero en ese entonces era un adolescente con las hormonas alborotadas y solo quería que me des placer.

    Pero viendo que ahora estas grandecita, que ya eres una experta en el sexo, no me caería nada mal que te haga lo que realmente te merecías.

Lucía sólo temblaba y cerró los ojos mientras recordaba todo: llevándola al closet oscuro y hacerle caricias en su miembro. No entendía nada a esa edad, pero sabía que estaba mal, y eso la hacia llorar.

    "Cállate o mamá te escuchará. Sigue haciéndolo no pares"

    "Parece que no entiendes que no quiero que mamá me castigue. Voy a tener que hallar una manera de hacerte callar....abre la boca...."

Sintió los brazos alrededor de su hombro y escuchó un bufido de su hermano, cuando se dio cuenta que Alessandro estaba detrás .

    -¿estas bien? - Lucía no dejaba de temblar .

    -no sé  de qué han estado hablando, pero creo que lo mejor es que te vayas amigo, parece que ella no te quiere aquí.

    -tu no eres Javier. -miró a su hermana - vaya, sí que eres golosa, es bueno saberlo.

    -ella no está con Javier desde hace 4 meses.

    -ah cierto,  te dejó  por la otra: una muchacha con el cuerpo espectacular. Era de esperarse ¿no crees?  Cualquiera es mejor que tú, hermanita. - Iván observó su reloj y dijo algo antes de que Alessandro pudiera decir algo.

    -me voy, solo venía a decirte que mamá esta preocupada por ti y que Rodrigo está reventándome el teléfono para que salgamos los tres. Supongo que a ti también te ha llamado. Por favor contéstale para que me deje de una vez en paz.

Salió con su terno gris por la puerta de la cocina.

    -Lucía no he escuchado nada pero no puedo evitar pensar que te ha dicho algo horrible para que te pongas de esta forma - le decía mientras se sentaban lentamente en el piso.

    -no pasa nada Alessandro. Tu has podido escucharlo. Para él no valgo. Y parece que aún me afecta. -mintió Lucía.  No quería que nadie supiera lo que le pasó  cuando era solo una criatura.  Y menos Alessandro. Eso dificultaría cualquier tipo de relación que podía pasar entre ellos.

Ambos se pusieron de pie y se dirigieron al cuarto de Lucía. Mientras ella se recostaba en la cama, Alessandro pensaba que pudo haberle dicho para que se ponga de esa forma.

Tenia que hablar con Fernanda. La conoce de tiempo. Pero no quería verla. Era una tortura para él escuchar su voz chillona todo el tiempo.
Pero era lo correcto.

Lucía tuvo pesadillas desde esa noche: un chico más grande que ella, mostrándole su miembro y ella amarrada a su cama, sin poder defenderse. No tenía cara pero tenia la voz de su hermano. Y su hermano se acercaba más a ella...

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